El mito de los siete años del perro
A
menudo se dice que para entender mejor la edad de los perros hay que
multiplicar su edad, en años humanos, por siete. Pero, ¿es cierto?
Meg, mi West Highland Terrier, murió hace un par de meses. Había alcanzado la respetable edad de 19 años y cuatro meses.
Unos días más tarde me acordé de esa a menudo citada estadística de que cada año humano equivale a siete años perrunos.
Ese
cálculo mental es una sombra que persigue a los dueños a medida que sus
mascotas envejecen, cuando la pregunta de cuánto tiempo les queda de
vida se hace inevitable.
Pero si esa estadística fuera cierta, Meg habría muerto a los 135 años, lo que no parece muy probable.
Sólo se sabe de un humano que haya vivido más de 122 años.
Así que si los siete años perrunos por un año humano es errado, ¿cómo podemos calcular la edad del mejor amigo del hombre?
Viejos cuando jóvenes, jóvenes cuando viejos
Los
canes son la especie de mamíferos más diversa en el planeta. Su peso
cuando son adultos puede ser desde 3kg a 90kg y hay una amplia gama de
forma de cuerpos así como de apariencia de pelo.
Eso
significa que hay una gran variedad de expectativas de vida dependiendo
de la raza. E, inesperadamente, los perros pequeños viven más que los
grandes.
"Si
uno piensa en la correlación estadística entre el promedio de vida y el
tamaño del cuerpo en los mamíferos, generalmente tiende a ser positivo:
los gorilas, elefantes y las ballenas viven mucho más tiempo que las
musarañas, topillos y ratones", señala Daniel Promislow, profesor de
genética de la Universidad de Georgia, en conversación con la BBC.
La conclusión lógica sería entonces que un Gran Danés debe vivir más tiempo que un Chihuahua, pero es al contrario.
La
teoría de Promislow es que como "la enfermedad que muestra la
correlación más fuerte con el tamaño es cáncer y la incidencia de cáncer
incrementa dramáticamente con la edad -como sucede con los humanos-",
el riesgo de los perros grandes es tanto más alto (cerca de 50%
comparado con 10% en los pequeños), que su promedio de vida es menor.
Eso
es cierto a pesar de que los "perros pequeños alcanzan la madurez ósea y
reproductiva más pronto que las razas más grandes", como señala Kate
Creevy, de la Universidad de Georgia.
En otras palabras, las razas pequeñas tienen un tiempo más reducido de juventud y uno extendido de adultez.
Sí: los perros pequeños crecen más rápido que los grandes en los primeros años pero más lentamente una vez maduran.
De
manera que, por extraño que parezca, un perro pequeño es más viejo que
uno grande cuando tiene dos años, pero más joven cuando cumple cinco
años.
"Esto
no pasa con ningún otro animal", exclama Kate Creevy. "No hay ninguna
otra especie que tenga el mismo grado de diversidad de tamaños y es
posible que al crear esa diversidad desenmascaramos este fenómeno de
maduración".
¿Y los siete años?
Nadie
sabe de dónde salió la teoría de los siete años perrunos por uno
humano, o al menos nadie está reclamando la autoría. Apareció por
primera vez en textos de matemáticas en la década de los 60, cuando se
le pedía a los niños que calcularan la edad de un perro usando el
cociente 7:1.
Para la especie de los canes en general, no es un mal estimado.
Si
uno tiene en cuenta las variables de envejecimiento en los primeros
años y las diferentes expectativas de vida, un cálculo más preciso sería
de 6 años perrunos por uno humano.
No
obstante, si uno toma los lados opuestos del espectro, un Bulldog
envejecerá un promedio de 13 años por año humano mientras que para un
Dachshund miniatura es apenas cuatro años.
¿Y mi Meg? Tenía 109 años de edad, no 135, cuando murió, dice la calculadora: anciana en términos humanos pero no inaudito.
Fuentes: http://www.noticia24h.com