Venden a sus hijas para pagar sus deudas a los señores de la droga
Su madre ni siquiera se atreve a mirar a su hija la cara. Es una niña
afgana demasiado pequeña para entender lo que le ocurre. Baja la mirada
y avergonzada explica por qué debe entregar a la niña a los
narcotraficantes.
El padre de la niña ha hecho lo que muchos agricultores afganos deben
hacer para financiar sus granjas de opio: pedir prestado dinero de los
narcotraficantes. Pero el gobierno afgano y las fuerzas internacionales
intentando detener el comercio de opio han anulado el negocio de la
plantación de amapola del padre, y con ello, su capacidad para pagar sus
deudas con los narcos.
Los señores de la droga lo secuestraron para pedir un rescate a su familia.
"Tengo que darle a mi hija para que liberen a mi marido", explica la
madre con la chica a su lado. Ni siquiera llega a los seis años.
El 90% del opio del mundo – la materia prima de la heroína – procede
de Afganistán. Cultivar amapola allí se había convertido una industria
lucrativa.
Pero el gobierno afgano ha estado combatiendo y destruyendo los
cultivos ilícitos, dejando a muchos agricultores en la misma horrible
situación que la familia que tuvo que usara a propia hija como moneda de
cambio para compensar el préstamo.
"Son mucho más peligroso y poderoso que los talibanes", dice el padre
de dos niños secuestrados sobre los capos de la droga. Mira un mensaje
que le enviaron a us teléfono en el que le anuncian que su hija está
cautiva y le exigen 20.000 dólares.
Estas trágicas historias están documentadas en la premiada película
de PBS Frontline, "Las novias del opio", que fue realizada por el
reportero afgano Najibullah Quraishi y el productor Jamie Doran.
Quraishi contó a Christiane Amanpour de CNN que cuando las familias
entregan a sus hijos, a menudo son llevados a otros países, como
Pakistán o Irán, donde las utilizan para transportar drogas o son
sometidos a la esclavitud sexual.
La película narra también otra terrible historia de un campesino
afgano. "Me parecía demasiado terrible para ser verdad", explica el
productor Jamie Doran. "[Él] no podía pagar a los traficantes y se negó a
dar su hija. Y de hecho tenemos grabado cómo él fue decapitado con una
navaja. Eso es lo que le hacen si se niegan a entregar sus hijas".
El periodista responsable de la película dice que el Gobierno es
consciente de que está destruyendo las vidas de estas familias junto a
sus cultivos, pero las autoridades aún no han encontrado una solución
para proteger a las familias de los agricultores mientras intentan poner
fin al tráfico de opio.
Una niña que tuvo la suerte de escapar de sus captores cuenta lo
horrible que eran las condiciones. "No me permitieron cambiarme de ropa.
Ni nos dieron jabón para lavarlos. Mi ropa se quedó pegada a mi cuerpo.
Me sometieron a todas las crueldades posibles. Me temo que me
encontrarán y llevarán de nuevo".
Incluso si las niñas se escapan, a menudo no tienen a dónde ir. Los
realizadores lograron encontrar un albergue para ellas durante el
rodaje, pero sólo lo suficiente para unas 30 niñas.
Los cineastas creen que hay cientos, sino miles de niñas que han logrado huir de los traficantes.
"El papel de la OTAN y las Naciones Unidas es increíble en esta
situación", explica Doran. "La ONU y la OTAN ISAF dicen que no es su
responsabilidad y que ellos deben abogar por la destrucción y
erradicación de la amapola. Sin embargo, quedará supeditada a la
protección de la policía para hacerlo realmente. Así que están diciendo
por un lado, "no tenemos nada que ver con esto, pero por otro lado la
policía afgana no podía hacer nada sin el apoyo de la OTAN".
Pero Doran señala que la raíz del problema son los consumidores de la
droga. "No sé si hay una solución, porque el mundo exige el cultivo de
adormidera para su adicción a la heroína. Así que ya sabes, tal vez la
culpa no sólo del gobierno afgano. Tal vez deberíamos buscar dentro de
nosotros mismos un poco más", dijo Qaurishi.
El miedo que se avecina es que esta horrenda situación empeore cuando las tropas internacionales abandonen Afganistán en 2014.
Fuentes: http://cnnespanol.cnn.com

