El calendario el final de un ciclo de 5.126 años alrededor del 12 de diciembre de 2012, cuando debería volver Bolon Yokte, un dios maya asociado a la guerra y la creación. El autor José Argüelles calificó la fecha como "el final del tiempo como lo conocemos" en un libro de 1987 que desencadenó un ejército de teóricos sobre los mayas, cuyas especulaciones de un final catastrófico abundan en . Pero unos especialistas reunidos en esta antigua ciudad maya en el sur de México dicen que simplemente supone el final de un periodo de creación y el inicio de otro.
“Tenemos que ser claros sobre esto. No hay una profecía para 2012″, dijo Erik Velásquez, un especialista en grabados en la Universidad Autónoma Nacional de México. “Es una falacia del marketing”.

El Instituto Nacional de Historia Antropológica en México lleva tratando de sofocar el bombardeo de predicciones del apocalipsis. “El pensamiento mesiánico occidental ha distorsionado la visión del mundo que tenían las civilizaciones antiguas como los mayas”, dijo el instituto en un comunicado.

El calendario maya arranca en el 3.114 a.C y está dividido en periodos de unos 394 años llamados baktuns. Los mayas consideraban el 13 un número sagrado y el decimotercer baktun concluye el próximo año.

“Hemos proyectado nuestras preocupaciones en ellos”

Sven Gronemeyer, científico de códigos mayas en la Universidad La Trobe de Australia, que trata de descifrar el calendario, dijo que el denominado día final reflejaba una transición de una era a la siguiente en la que regresa Bolon Yokte.

“Dado que Bolon Yokte ya estuvo presente en el día de la creación (…) parece natural para los mayas que Bolon Yokte vuelva a estar presente”, dijo.

De los aproximadamente 15.000 textos esculpidos hallados en diferentes partes de los que entonces era el imperio maya, sólo dos mencionan 2012, según el instituto.

“Los mayas no pensaban sobre la humanidad, el calentamiento global o predecían que los polos se derretirían”, dijo Alfonso Ladena, profesor de la Universidad Complutense de Madrid. “Proyectamos nuestras preocupaciones en ellos”.