Usa tu dinero para comprar momentos felices
¿Dónde está el truco? Resulta que cuando trabajar y ganar dinero se
convierte en un hábito, puede ser difícil detenerse. En vez de utilizar
nuestro tiempo para ganar la mayor cantidad de dinero, nuevas
investigaciones sugieren que deberíamos utilizar nuestro dinero para
comprar momentos más felices.
Increíblemente, los más adinerados pasan
la misma cantidad de tiempo que el resto de las personas en cosas que
no disfrutan, como viajar al trabajo. Y, claro, trabajar demasiado.
Los investigadores no tuvieron muchas dificultades en convencer a las personas de trabajar más y disfrutar menos. En el estudio,
se les dijo a los participantes que el objetivo era maximizar su
felicidad. Podían dedicarse al “ocio” escuchando música placentera o al
“trabajo” apretando un botón que activaba un ruido molesto.
Por cada diez veces que apretasen el botón, se les pagaba con un
chocolate. Durante cinco minutos, podían apretar el botón todas las
veces que quisieran y recibir chocolate ilimitados, los que solo podían
ser consumidos al final de la prueba. Allí, tenían cinco minutos para
comer sus ganancias, con apenas una regla: no podían llevarse lo que
sobrara a sus casas.
Este sencillo estudio captura el dilema de la vida moderna. Con
suficiente talento y trabajo duro, podemos ganar más y más dinero, pero
nunca tendremos el tiempo para disfrutar de los frutos (o chocolates) de
nuestro esfuerzo.
Los científicos descubrieron que la mayoría de las personas
trabajaron muy duro durante los primeros cinco minutos; tan duro que les
fue imposible comerse todos los chocolates en los últimos cinco
minutos. Esta es la maldición del trabajo. Nos concentramos tanto en
ganar dinero que olvidamos hacernos el tiempo para disfrutarlo.
Para solucionar el problema, los investigadores pusieron un límite a
la cantidad de chocolates que podían obtener los participantes. ¿Qué
sucedió? Limitar las ganancias potenciales derivó en un aumento de la
felicidad.
Fuera del laboratorio, ya en el mundo real, la mayoría de las
personas no se ofrecería para trabajar con un límite de ingresos. Aun
así, muchos podríamos beneficiarnos si repensamos la ecuación entre
tiempo y dinero.
La investigación sugiere que muchas personas se beneficiarían
preguntándose algo básico antes de sacar la billetera: ¿cómo afectará mi
tiempo esta compra? Si tu hijo insiste en tener una mascota, podrías
pagar 50 dólares por un pececito, un tanque y un año de comida para
peces, o bien podrías gastar unos cuantos miles de dólares en un
labrador.
Comparado con el de un pez, el cuidado de un perro demanda otros
tiempos y otros precios. Pero lo que muchos no tienen en cuenta es que
un perro bien puede transformar la calidad de esos tiempos. Tener un
perro nos lleva a sacarlo a pasear diariamente y a conversar con otros
dueños de perros. Estudios demuestran que el ejercicio y la conversación
son algunas de las formas más felices de utilizar nuestros tiempos.
Algunas formas de socializar son mejores que otras.
Nuestra investigación sobre las citas online muestra que quienes las
utilizan pasan cinco horas por semana navegando en los sitios y otras
siete escribiendo y respondiendo mensajes. Todo para pasar apenas dos
horas en una interacción real cara a cara.
Varios de estos servicios son baratos o gratuitos. Otros, incluso
siendo más caros, pueden reducir los costos del tiempo invertido
conociendo nuevas personas. Algunas compañías ofrecen la posibilidad de
participar de diversas actividades grupales, desde catas de vinos hasta
viajes en globo. No hay garantía de que conozcas a tu alma gemela, pero
pagar un poco más por lo menos garantizará que disfrutes el momento.
¿No tienes el tiempo o el dinero para un viaje en globo?
Si eres como la mayoría de los estadounidenses, bien podrías culpar a
tu carro. En promedio, los estadounidenses trabajan dos horas por día
solo para costear sus vehículos. Los viajes hacia y desde el trabajo son
algunas de las actividades menos felices de un día cotidiano. Un
estudio en Alemania sugirió que un trabajador común necesitaría una suba
salarial del 33% sólo para neutralizar el costo en felicidad de un
viaje de 20 minutos a su lugar de trabajo.
Parecería razonable solucionar este asunto invirtiendo en un mejor
carro. Es un error. Gastar dinero en un auto es un mal negocio para la
felicidad.
Aunque la gente crea que disfrutaría más conduciendo un BMW que un
Ford Escort, las investigaciones sostienen que los conductores no son
más felices por manejar un automóvil caro al trabajo. En síntesis, los
estadounidenses pasan dos horas de cada día trabajando para algo que
mejora poco su felicidad.
Incluso con salarios más bajos, mucha gente se beneficiaría trabajando cerca de su hogar o del transporte público.
Concentrarnos en cómo el dinero puede mejorar nuestro tiempo, y no
tanto en cómo el dinero puede aumentar nuestro patrimonio, ofrece la
posibilidad de mayor felicidad.
Por supuesto, mantener este foco puede ser un desafío ante la
aparición permanente de nuevos y deslumbrantes productos. Por ejemplo,
el nuevo control remoto Harmony Ultimate, a 350 dólares, te permite
controlar tu televisor y otros 14 dispositivos con una pantalla táctil
de última generación.
Sería mejor, sin embargo, pensar en cuánto tiempo pasas viendo
televisión (según los estudios, ver mucha TV atenta contra nuestra
felicidad). En vez de tomar el control de tu sistema de entretenimiento,
toma control de la ecuación entre tiempo y dinero, incluso aunque
tengas que renunciar a varios chocolates.
Fuentes: http://cnnespanol.cnn.com
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