Implante de un microchip en el cerebro podría ayudar a recuperar la memoria
Un equipo de científicos estadounidenses pretende implantar un
dispositivo de memoria en un pequeño número de voluntarios en los
próximos dos años. Su objetivo es que esté disponible para todos los
pacientes dentro de los próximos cinco a 10 años.
El equipo, conformado por investigadores
de la Universidad del Sur de California, la Universidad Wake Forest y
otros socios, lleva trabajando una década en el desarrollo del proyecto,
considerado por MIT como uno de los diez avances tecnológicos más
importantes del 2013.
“Nunca creí que llegaría a ver esto”, dijo Ted Berger,
profesor de ingeniería biomédica en la Universidad del Sur de
California. “Quizás no me beneficie a mí, pero si ayudará a mis hijos”,
agregó.
Rob Hampson,
profesor adjunto de fisiología y farmacología en Wake Forest, está de
acuerdo. “Seguimos avanzando y estamos cada vez más cerca”, señaló.
Los científicos creen que han descifrado la forma en que las memorias
de largo plazo son construidas, almacenadas y recuperadas, y la manera
de replicar este proceso en cerebros dañados, ya sea por apoplejías o
lesiones localizadas.
Berger dijo que graban memorias en áreas indemnes del cerebro y luego
utilizan esta información para predecir cómo debería actuar la parte
dañada. Explicó que utilizan electrodos para estimular las áreas
lesionadas y así poder replicar las acciones de las células sanas.
Se concentran en el hipocampo,
parte de la corteza cerebral en la que las memorias de corto plazo
pasan a ser de largo plazo. Berger ha observado de qué manera las
señales eléctricas pasan por las neuronas para formar las memorias de
largo plazo y ha imitado estos movimientos utilizando dispositivos
electrónicos.
Los experimentos en ratas y monos han demostrado que ciertas
funciones cerebrales pueden ser reemplazadas por señales generadas por
electrodos.
“Estamos pensando en dispositivos para dentro de cinco a 10 años para los humanos”, dice Hampson.
El objetivo máximo de la investigación en memoria sería tratar el
Alzheimer, pero a diferencia de los derrames o de las lesiones
localizadas, esta enfermedad tiende a afectar a varias partes del
cerebro, especialmente en etapas avanzadas. Por este motivo, estos
implantes no parecen factibles en el corto plazo.
Sin embargo, Berger imagina un futuro en el que la medicina y los
implantes puedan ser combinados para tratar la demencia temprana. Las
drogas podrían ser utilizadas para mejorar la acción de las células
alrededor de las áreas dañadas y el implante podría reemplazar a varias
de las células perdidas en la parte lesionada. “Creo que la mejor
estrategia será utilizar tanto drogas como dispositivos”, señala Berger.
Desafortunadamente, el equipo descubrió que su método no podría
ayudar a pacientes con demencia en etapa avanzada. “Cuando el paciente
tiene poca pérdida de memoria, probablemente tenga suficientes señales
residuales para estimularlas, pero no será posible cuando la pérdida sea
significativa”, dijo Hampson.
El profesor de Wake Forest entiende que será difícil que la gente
acepte sus propuestas, pero no cree que escaseen los voluntarios para
probar el implante.
Y es que el proyecto, parcialmente financiado por las fuerzas armadas
de Estados Unidos, podría contar con la participación de aquellos
soldados que regresan al país con traumas cerebrales, según explicó
Hampson.
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Fuentes:http://cnnespanol.cnn.com/
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