Los tatuajes son un placer en el presente y...¿arrepentimiento para el futuro?
Nota del editor: Anthony Youn es un cirujano plástico y autor de ‘In Stitches’, una autobiografía humorística de un asiático-estadounidense que se volvió médico.
(CNN) — Hace algunos años, entrevisté a varios
candidatos para hacer algunas remodelaciones en mi casa. Uno de ellos
tenía un tatuaje de una lágrima junto al ojo izquierdo. Cuando vi en
Google que un tatuaje de una lágrima puede significar que asesinó a
alguien, lo descarté para el trabajo.
Los cirujanos plásticos y dermatólogos vemos cada vez más pacientes
que quieren quitarse sus tatuajes, a menudo porque les preocupa que
puedan causar problemas con su empleo.
La cantidad de personas que se sometió a una eliminación de tatuajes por medio de láser aumentó un 43% de 2011 a 2012, según la Sociedad Americana de Cirugía Plástica Estética (ASAPS, por sus siglas en inglés). Esto es consistente con una encuesta reciente en Gran Bretaña en la que se encontró que casi una tercera parte de los entrevistados se arrepentía de sus tatuajes.
Hace varios años se pusieron de moda los diseños elaborados en la espalda baja, hasta la gente comenzó a llamarlos tramp stamps (en
referencia a la supuesta promiscuidad de sus portadoras). Sospechó que
miles de mujeres (y quizá incluso algunos hombres) se arrepienten de
haberse puesto uno.
Otras modas de tatuajes incluyen el alambre de púas alrededor de los
brazos de los hombres y los caracteres chinos que pueden o no significar
lo que sus portadores creen que significan.
Y no solo los simples mortales se arrepienten de sus tatuajes. Varias celebridades han tomado medidas para quitárselos.
Johnny Depp cometió el error más común de los tatuajes: se tatuó el
nombre de su entonces novia Winona Ryder en su hombro. Poco tiempo
después rompieron, lo que dio lugar a que Depp cambiara la frase que
decía “Winona Forever” a “Wino Forever” (wino significa alcohólico).
Recientemente, Megan Fox se sometió a tratamientos láser para
quitarse el tatuaje masivo de Marilyn Monroe que tenía en su brazo y la
actriz Hayden Panettiere tiene la frase en italiano “Vivere senza
rimpianti” (“vivir sin arrepentimientos”) tatuada en el costado, pero
“rimpianti” está mal escrito.
Los tatuajes también pueden causar problemas médicos. La tinta
contaminada causa infecciones de microbacterias no tuberculosas, según
un artículo publicado en 2012 en el New England Journal of Medicine.
Estas infecciones pueden ser extremadamente difíciles de tratar. Si
varias semanas de antibióticos no erradican el problema, entonces el
tatuaje debe ser removido. En la literatura médica también se describen
reportes de reacciones alérgicas y otras infecciones de piel menos
graves.
Los tratamientos con láser actualmente son el método más común y
efectivo para quitar tatuajes. Cada láser apunta a un color específico
en la tinta, así que mientras más simple es el tatuaje, más fácil es de
quitar.
La mayoría de los tatuajes requieren al menos de tres a cuatro
tratamientos para ser eliminados, con un espacio de ocho semanas entre
uno y otro.
Los costos pueden variar de cientos a miles de dólares, dependiendo del tamaño y ubicación del tatuaje.
Debido a que la eliminación de tatuajes con láser utiliza calor para
destruir los tintes, no hay garantía de que no dejará cicatrices,
decoloración o un contorno del diseño previo. Los tratamientos también
pueden ser bastante dolorosos.
Así que si consideras tatuarte permanentemente, toma las medidas
necesarias para reducir el riesgo de arrepentirte. Asegúrate de que el
salón de tatuajes tenga una licencia y esté limpio. Las agujas y tinta
deben estar esterilizadas y solo deben ser utilizadas en ti. Cualquier
dilución de las tinas debe ser realizada con líquidos esterilizados.
Y asegúrate de que verdaderamente quieras este diseño en tu cuerpo
durante el resto de tu vida. Pregúntate: ¿realmente quieres un
recordatorio permanente de lo que puede ser un sentimiento temporal?
No cometas el mismo error que uno de mis pacientes. Se puso un
tatuaje en la parte baja de su abdomen cuando estaba soltera y tenía
veintitantos años. Treinta años después, era una abuela desesperada por
quitárselo.
Así que le pregunté, “¿cuán grave es?”.
— Muy grave.
Bajó una parte de sus pantalones para revelar las siguientes palabras, en letras grandes: “La cena está servida”.