5 malos hábitos que debes evitar al enviar correos electrónicos
A menos de que seas un vago
perezoso, probablemente vas a escribirle un correo electrónico a alguien
más importante que tú durante el curso de tu vida: un jefe, un
profesor, el presidente de tu país (si eres un anciano confundido y
crees que esos correos de campaña de hecho están dirigidos a ti
personalmente).
Y, cuando llegue el momento glorioso, probablemente te equivocarás de
una u otra forma, y por ende destruirás esa relación junto con tu
orgullo. ¿Por qué? Bueno, porque es muy fácil cometer errores en la
comunicación digital hoy en día. Hay tantos ejemplos para apoyar esta
aseveración que simplemente vamos a mostrar esta foto de un gatito para que no pierdas la fe en la humanidad en este momento.
Culpa a la lenta degradación del idioma, culpa al anonimato en la web y a la tendencia a ser trolls que propicia ese anonimato, culpa a los smartphones.
Todos hemos enviado correos electrónicos que fueron poco
profesionales, y probablemente enviaremos más con los años y mediante el
gobierno empiece a reemplazar nuestros cerebros con iPhones para que
podamos enviar mensajes de texto directamente a través de nuestros
pensamientos (¿viviremos una distopía?).
No obstante, unas cuantas recomendaciones pueden ayudar a prevenir
errores futuros. Hemos compilado una lista de equivocaciones en los
correos electrónicos para que puedas evitar esas grandes faltas con tu
jefe, por ejemplo.
En cuanto al futuro de tu cerebro, estás solo. Todos estamos solos.
No dejes en blanco la línea de Asunto
Digamos que tienes una nueva gran idea de mercadeo para tu empresa
que implica hacer ese truco de magia en el que David Blaine se
electrocutó, usando al presidente de la compañía como antorcha humana.
Tienes todas las habilidades para lograrlo, pues leíste el libro de
Nikola Tesla. En un momento de urgencia e iluminación, le envías el
correo al presidente describiendo y grandiosa y totalmente segura idea.
Desafortunadamente, no incluyes un asunto descriptivo, quizá algo como
“Innovadora idea de marketing que es totalmente segura y no te matará,
lo prometo”.
Sabemos que estás muy ocupado y que mitad de tu almuerzo está ahora
dentro de los espacios de tu teclado, ¿pero es realmente difícil
escribir una o dos palabras más antes de enviar esa joya al abismo? Si
no muestras tu propósito en esa primera instancia, probablemente tu jefe
simplemente ignorará tu correo sin asunto y asumirá que es spam y lo enviará a la bandeja de reciclaje.
No todo es urgente
Aunque el hecho de que alguien te haya quitado el mensaje de
autoayuda que tenías impreso en tu puesto de trabajo sea una emergencia
para ti, no necesitas marcarlo con ‘Alta Prioridad’ en el correo,
especialmente si se lo estás enviando a a toda la oficina, incluyendo
tus jefes.
Si tener un mensaje de motivación en tu puesto de trabajo no te hacía
ver inestable, tus colegas sí te considerarán así al reaccionar de esa
forma. Así que te puedes despedir de ese ascenso y darle la bienvenida a
material de lectura motivacional incluso más deprimente.
Tu jefe con otro nombre no es tu jefe
No escribas mal el nombre de tu jefe. Te hace ver tonto, y nadie le presta atención a los tontos.
No envíes correos masivos
Te acabas de mudar a otra ciudad y estás buscando trabajo, pero no
conoces a nadie. Consciente de la dificultad, un amigo te da una lista
de contactos.
Con sueños de ser exitoso, le envías un correo masivo a los nuevos
contactos diciendo: “¡Hola!” ¡Estoy buscando trabajo! Aquí está mi hoja
de vida”. Eres astuto, así que envías todos los correos en copia oculta.
Tranquilo, te relajas y esperas a que las respuestas empiecen a llegar.
Desafortunadamente, amigo, nunca llegarán. ¿Por qué? Cuando le
escribes a nuevos contactos, es extremadamente de mal gusto enviar un
correo masivo. Le estás pidiendo ayuda a esas personas. lo menos que
puedes hacer es 1) dirigirte personalmente a cada uno con su nombre y 2)
decirle quién te dio su información de contacto. De esa forma, esa
persona le puede preguntar a tu amigo si eres un incompetente todo el
tiempo o sólo en ocasiones especiales.
Evita ser vigilado por el departamento de Recursos Humanos
¿Tienes una foto pervertida para compartir con tu jefe? No lo hagas. Simplemente no lo hagas.
Y además, trata de buscar ayuda profesional.
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