Dan cristiana sepultura a Franco Burgos-Ure

Gaspar Hernández. La canción "viejo mi querido viejo" del cantautor Piero, acompañó hasta su morada santa a Franco Burgos (URE). Después de ofrecerse una misa de cuerpo presente, sus hijos, esposa, familiares y una muchedumbre caminó toda la avenida Duarte hasta llegar al camposanto a dar cristiana sepultura, a quién según fuentes policiales, el fiscal, los médicos de la salud y unos de sus hijos declararan que se había quitado la vida, disparándose con su propia pistola en la cabeza, la bala disparada penetró por el lado derecho de su cabeza y salió por el izquierdo quitándole la vida inmediatamente.

Grandes coronas de flores rosadas, amarillas y blancas formaban un círculo alrededor del ataúd. El llanto, la confusión, la impotencia y el dolor se apoderaron de sus hijos e hijas que caminando lento, denotaban no querer llegar al lugar donde su padre estaría para siempre. Las lágrimas de muchos se hicieron presente en sus mejillas, y las lamentaciones de otros que no entendían por qué un hombre del coraje de Franco Burgos se había quitado la vida. Miraban desde lejos los transeúntes que por largo rato se detuvieron a ver y preguntar, por qué lo entierran con una música tan triste.

La desesperación de sus hijos hizo que la tarde se convirtiera en tristeza al ver entrar el féretro al lugar donde todo mortal termina sus días de vida en la tierra, para pasar al momento final del ciclo vital del hombre. Si en realidad no queremos ver nuestro seres queridos morir, debemos emprender el viaje primero, pero como Dios manda.

En Gaspar Hernández, al caer la tarde del jueves 5 de noviembre del 2009, solo quedaba el consuelo de acompañar a la familia y desear como todo buen gasparense, humilde y solidario desde lo más profundo del corazón "En Paz Descanse" (EPD) a Franco Burgos. Conformar a sus hijos e interpretar la frase bíblica que dice "si el grano de trigo no muere, no puede dar su fruto"...ahora ya camina lento, como perdonando el tiempo...yo soy tu sangre mi viejo, yo...soy tu silencio...